- 200 g de pan de hogaza
- 80 g de manteca de cerdo o en su lugar aceite
- 2-3 dientes de ajo
- 2- 3 huevos
- Pimentón dulce, o picante (al gusto) una cucharada de las de café, sal y agua
En un puchero de barro se pone la manteca o el aceite (en este caso freiremos en el aceite unos torreznos con unas betas de jamón), calentaremos a temperatura para freir en ella los ajos pelados y cortados en láminas.
Cuando estén dorados se retiran y se ponen en un mortero, le añadiremos el pimentón un poco de sal y lo machacaremos hasta obtener una mezcla homogénea, entonces lo añadiremos al puchero.
En una cazuela (a ser posible de barro), se coloca el pan que habremos cortado en rebanadas finas para hacer las sopas, lo cubriremos con agua caliente y la pondremos al fuego; le añadiremos el majado y la sal y dejaremos cocer a fuego vivo durante 10 minutos revolviendo con cuchara de madera, y luego, dejaremos unos 15 minutos más a fuego manso o bajo.
Cuando falten unos tres minutos del tiempo escalfaremos los huevos por encima dejando cocer hasta el final.
Se sirven bien calientes.
Este plato nunca falta en las casas, mesones y restaurantes de la región castellano-leonesa.
Solamente requiere, como ya hemos visto, agua, ajos, pimentón, sal, unos huevos, (que pueden ser prescindibles) y pan; un pan como aquel que añoraba Azorín:
"Tengo vivo afecto al plan: evoco ahora a todos los nombres tan españoles del pan de España: hogaza, molletes, rosca, libreta, telera..."
Solamente un buen pan de hogaza y unas manos hábiles bañadas en el calor del fuego de leña en noches de invierno, son ingredientes importantes para el éxito de este buen plato.
Excelente plato, yo lo hago frecuentemente, siempre con AOVE. Me has hecho recordar un dicho de mi añorada y querida madre, " Si tuviéramos aceite, ajos, pimentón y sal, comeríamos unas sopas, pero no tenemos pan"
ResponderEliminarMe apunto a tu blog.